Resuenan tambores de guerra y todo hace prever una invasión inmediata, para ulterior ocupación de la Franja, por los sionistas. Situación tan relevante da para que se active el “monstruo” de la información?, los Medios proponen Editoriales, llenan portadas y asignan cuantiosos recursos y reporteros mil para cubrir la noticia a pie trinchera, igual que en los audiovisuales donde los informativos reiteran inmisericordes una y otra vez las mismas imágenes cedidas por Agencias y abren mesas de opinión y debate hasta el agotamiento con los mismos tertulianos que pontifican a diario tanto de economía, de política, de violencia de género, de las ventajas de parir en la bañera, como de cuál sexo son los ángeles. Situación relevante, he escrito, y no extraordinaria, por qué no lo es. Ordinaria, pero relevante ahora, en segundo plano ya la guerra de Ucrania, que cada vez más camina hacia el limbo del olvido en el que moran los demás conflictos, algunos con décadas de enfrentamientos y a los que no se les concede ni una sola mención.
Oímos y leemos a quien se escandaliza por la masacre de Hamás perpetrada contra ¿mujeres y niños?, y quien encuentra inadmisible la respuesta de Israel por cuanto que, ¿mujeres y niños? son los más perjudicados. Cuanta demagogia y falta de criterio: ¿Ha habido tantas bajas, y ocho eran niños?, informan. Mujeres y, niños, que dos palabras tan sobrevaloradas. Los que tenemos la suerte de contar con hijos y nietos de entrambos sexos, cabe preguntarnos en qué instante deja de merecer el varón igual consideración. ¿Si muere persona de treinta años ya es solo una baja y no se la distingue, por cuanto no es ni mujer ni niño?, o es que las vidas devalúan en función de género y de los años? Un parte de guerra acredita “bajas” en genérico y sin más tonterías. Mientras dure esta desgraciada situación, nos queda aún por escuchar y leer como las informaciones y comentarios se regodean en aquello más acre y retorcido de la noticia, entre ingente cantidad de vacuos planteamientos proponiendo modos de actuación a jefes de gabinete y actores en guerra y vanas llamadas a la reconciliación.
Los políticos en ejercicio aprovechan lo aleatorio de una pelea entre dos para posicionarse en pro de un contendiente, según sean los intereses o doctrina del partido, haciendo causante y responsable, al oponente entre proclamas de diálogo obligado y de proporcionalidad en las respuestas. Cuan fácil aconsejar, no teniendo una o unas muertes de gente propia. La misma proporcionalidad como la de alguien que, defensor del derecho de ocupación de vivienda ajena, exige la acción de las Fuerzas Públicas para zafarse de manifestaciones frente a su domicilio, porque el escrache es contrario a la ley ¿Me crea la duda…
